2 (de 17 cartas de mar y amor)

19.02.2013 10:07

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                                                        En la mar, a 5 de abril de 1988

MI QUERIDA MUSA:

    Seguiré con esta pobre crónica de navegante. ¡Por fin! Ayer día 4 a las 16:30, después de despachar con las autoridades, nos hicimos a la mar. Buen viento fresco del NE, sol y buena visibilidad. Izamos mayor con un rizo por estribor y génova pesado atangonado por babor (a orejas de burro) dando unos buenos 6 o 6,5 nudos (nudos = millas marinas/hora, milla marina = 1’ de meridiano o 1.852 m.) arrumbando (con rumbo) al 188º verdadero (respecto al norte geográfico) y al 204º de aguja (respecto al norte magnético).

    Había y todavía hay marejada a fuerte marejada del ENE, con lo que teníamos y tenemos el mar por la aleta (entre 130 y 165º respecto a la proa) lo que es más trabajoso a la hora de gobernar (llevar el timón), que si la tuviéramos por la misma popa. Esta circunstancia unida  a la intensidad del viento -20 nudos - hicieron que ni probáramos de poner el piloto automática eléctrico, gobernando a mano en guardias de dos horas.

     En el transcurso de la noche el viento ha rolado (girado) ligeramente más hacia el Este, lo que nos ha obligado a arrumbar levemente más hacia el oeste para que las velas porten bien, también ha amainado (se  ha reducido) un poco y la velocidad estimada esta mañana era de 5,5 nudos.

    Soy feliz de volver a navegar por este infinito y bello mar rodeado del vacío horizonte. Creo que no vamos a ver barco alguno en muchos días. Soy plenamente consciente de mi extrema pequeñez y de que estoy totalmente desamparado y abandonado a mis (nuestras) propias fuerzas. Con todo, como creo haberte dicho en otro lugar, esto es lo que, de verdad, te hace sentir vivo.

    Me digo constantemente (y a mis compañeros) el extremo cuidado que debemos tener en nuestros movimientos para no herirnos; ahora con tres semanas por delante podría ser fatal, además, parece que en los trópicos las heridas, aún las pequeñas,  tardan más tiempo en cicatrizar.

    Creo que hemos salido un poco escasos de comida, quiero decir que nos van a faltar algunas cosas antes no alcancemos Brasil, pero no hay cuidado de que pasemos hambre, tenemos reservas de arroz y legumbres para dos meses.

    El plan de Navegación es así: Arrumbar hacia el paralelo 5º N y el meridiano 25º W, y de ahí al Ecuador y meridiano 28 W, para pasar la Zona Intertropical de Convergencia o zona de calmas por este último meridiano. Te explico: Las famosas calmas ecuatoriales o ZIC son como una tierra de nadie entre los reinos de los vientos alisios del NE en el hemisferio norte y de los alisios del SE en el hemisferio sur. En esta tierra o mar de nadie las calmas se imponen con ocasionales chubascos de inusitada violencia. Como puedes imaginar, no son las mejores condiciones para un barco de vela y la temperatura es exagerada. Esta zona de calmas varía en su posición y amplitud  respecto a la época del año y día a día. Así que aún analizando toda la información a nuestro alcance y planeando la mejor zona para cruzarla, si la suerte no te acompaña puede significar algunos días, aunque esperemos que solo sea uno. Esta zona es más estrecha cuando más cerca de América, pero no queremos apurar pues después tendríamos que ceñir en exceso contra Los Alisios del SE para alcanzar Maceió. Este es, pues, el motivo de cruzar entre los meridianos 25 y 28 W. ¡VAYA ROLLO!, pero te lo pongo por si te interesaran estos temas. (Y sigo) Contando los diferentes rumbos a los que gobernaremos, abatimientos, derivas, errores en la navegación y posibles bordadas cerca de nuestro objetivo (bordadas: hacer zig zag en ceñida para remontar el viento) calculamos una distancia de 1850 millas (+/- 3425 Km) desde Praia a Maceió, que esperamos cubrir (según la suerte que tengamos) entre 17 y 22 días.

    La situación a la hora meridiana (momento en que el sol está mas alto en el lugar) nos ha informado de la excelente singladura (distancia recorrida en 24 horas) realizada = 148 millas, no está nada mal, nada mal. Esta mañana como había menos viento y mar, he probado con el piloto automático y ¡maravilla! funciona. Todavía lo está haciendo en estos momentos (20:30), lo que nos ha permitido llevar la rutina de abordo (baldear la cubierta, alturas de sol, cálculos, cocina, lavar cacharros, reglar las velas, etc.) sin agobios y con calma e incluso nos ha permitido haraganear y hacer una soberana siesta de 3 horas.

    En la primera noche de mar se hace difícil dormir, por la falta de costumbre de dormir a trozos, por el movimiento y por el sueño acumulado mientras estábamos fondeados. Generalmente la segunda noche ya es mejor y al tercer día ya tienes hábito de dormir por partes durante las 24 horas. Bueno honey, paciente lectora de mis desvaríos, te dejo, creo que me toca hacer la cena a mi y para variar no se que hacer. Hasta otro rollo. Besos. (Hoy no es mi día escribidor, me falta garra, lo noto).

    Román.

 

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